Año tras año vamos planeando objetivos, metas, sueños, y si bien hay momentos en los que tenemos mayor motivación y entusiasmo, también los hay en que sin darnos cuenta nos autosaboteamos y terminamos alejándonos ya sea por las circunstancias, miedos, falta de hábitos o nuestras creencias erróneas.

Existen varios factores que nos pueden llevar a perdernos en el camino hacia aquello que nos planteamos.

Hoy mencionaré algunos de ellos, ya que creo que al tenerlos claros puede que retomemos el camino hacia donde en realidad queremos llegar.

  1. No terminamos lo que empezamos: Comenzamos con un propósito, en el que las primeras excusas aparecen sutilmente y cuando menos nos damos cuenta, ya les dimos entrada y con ello vamos dejando inconcluso el camino que en su momento estábamos seguros debíamos seguir.

  2. Ocupamos nuestra mente con pensamientos contrarios a lo que deseamos: Luego de que tienes claras tus metas y sueños, regresas a la rutina y las pequeñas cosas de tu día que no te agradan suelen tener mucha presencia en tu mente. Terminando por darles un mayor espacio que aquellas que te mantienen concentrado en tus propósitos.

  3. No sabemos priorizar: A veces podemos actuar en base a patrones ya adquiridos, o bien dándole gusto a los demás, sin ser consciente que aquellos viejos hábitos, no lograrán el éxito que en realidad deseas. Así que es muy importante ser congruente entre lo que te vas planteando y lo que estás haciendo para lograrlo.

  4. Nos rodeamos de gente que no tiene metas:  El tiempo que invertimos con otras personas es de vital importancia, y así como hay gente que te impulsa, apoya y motiva, hay quienes tienen un impacto contrario, logrando que el tiempo que inviertes sea sin propósito alguno, o nada apegado a lo que en realidad deseas en tu vida.

  5. Nos permitimos ser víctima de las circunstancias: En la vida hay cosas que enfrentaremos y no son agradables, incluso errores o fracasos que si bien pueden servirnos de argumento y justificación, o de impulso para hacernos responsables de quienes en realidad queremos ser. El ser víctima genera un sentimiento de que la vida nos lleva, y el ser responsable de tu realidad nos brinda el sentimiento de que tú eres quien dirige tu vida.

  6. Ponemos en primer lugar las expectativas de los demás que las nuestras: A lo largo de nuestra vida, nuestra familia y personas allegadas esperan de nosotros ciertas cosas, y en ocasiones puede que eso no sea lo que en realidad nos haga sentir satisfechos o felices. A veces nuestros sueños no tienen que ver con lo que los demás esperan de nosotros y puede resultar frustrante vivir a través de lo que se espera y no de lo que en realidad queremos alcanzar.

  7. No sabemos poner límites: Aun que tenemos una idea de lo que quisiéramos lograr, nosotros mismos y nuestros miedos nos limitan, al asumir o creer que eso que deseamos es algo muy lejano o inalcanzable, por lo que creamos que es posible o no, así será.

  8. Creemos que ya sabemos suficiente, o que tenemos la razón absoluta: Pase lo que pase, es muy importante que sigamos aprendiendo, creciendo y adquiriendo nuevas habilidades, en cualquier sentido. Nunca sobrarán nuevos aprendizajes.

  9. No trabajamos en nuestro balance: Cuando no cuidamos todas las áreas de nuestra vida, se genera un desbalance que tarde o temprano traerá una consecuencia. Mas cabe mencionar que las personas de éxito cuidan cada una de sus áreas, tienen buenos hábitos alimenticios, físicos, mentales, espirituales, familiares, laborales, etc. Estas cuidando cada uno de los roles?

  10. Permanecemos en nuestra zona de confort: A veces es más fácil quedarnos con lo seguro y conocido, que arriesgarnos a alcanzar aquello que realmente deseamos, ya que podemos enfrentar pequeños fracasos en el camino. Sin embargo, solo dirigiéndonos hacia lo que deseamos será que podamos alcanzarlo.

Para alcanzar tus objetivos, tus metas y sueños hace falta conocer tu propósito, saber lo que amas, en que eres bueno y enfocarte en aquello que deseas.

Aquello que hagas con el corazón, está a la vuelta de la esquina, listo para ti. No desperdicies tu vida viviendo los sueños de otras personas, o peor aún aquello que es seguro, si no te llena por completo. Escucha tu voz interior y ve tras tus sueños y metas, ya que nadie lo hará por ti. Y no hay nada más satisfactorio que lograr aquello que te propones.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *