Por mucho tiempo, te he de platicar que he batallado con temas económicos, pues estaba cumpliendo con mandatos y creencias que aprendí de la forma en que vi a mis papás relacionarse con el dinero, sumado a lo que me decían acerca del mismo. Así todos, vamos generando una relación saludable o no con el dinero, debido a la historia que tenemos con él.
Algunas de las afirmaciones que yo escuche cuando niña fueron:
- Cuida bien el dinero, porque se te puede acabar.
- Hay que trabajar mucho para tener dinero.
- Jamás te endeudes porque eso no te dejará dormir.
- No hay dinero que alcance.
- Así como llega el dinero se va.
- No me gusta cobrar.
- Ahorra, no puedes estar gastando innecesariamente.
- Cuando el dinero sale por la puerta, el amor sale por la ventana.
Esas y muchas otras creencias y experiencias se van acumulando y formando una gran bola de energía que nos envuelve, limita e impide avanzar. Y el primer paso, es conocer los hilos que tejieron esa bola. En el presente artículo pretendo compartir contigo las acciones que me ayudaron a mejorar mi relación con el dinero.
Para iniciar, anota esas creencias que te impiden vivir una relación maravillosa con el dinero. Ese será el PRIMER PASO.
Una vez que salieron todas las creencias, vamos a romper con eso, y vamos a quemarlas literalmente. Esa hoja donde las escribiste será quemada con la intención de transformarlas, pues ahora eliges mejorar y llevar a un siguiente nivel esa relación. Ese sería el SEGUNDO PASO.
¡Ahora trabajaremos en la relación perfecta! En mi caso, si habláramos de amor, quiero sentirme amada, cuidada, valorada, quiero admirar y ver a esa persona como alguien de quien puedo aprender y me pueda guiar a seguir creciendo por que él ya está ahí, quiero aprender de su sabiduría infinita, alguien con quien me sienta tranquila, bendecida y agradecida. Y aunque el dinero no es una persona tal cual, el verla así de inicio, nos ayuda apreciar con facilidad esas cualidades que nos harían sentirnos comprometidos y afortunados por tenerlo en nuestra vida, incluso ponerle un nombre para generar una imagen más clara y detallada de él. Yo le llamé PLENO.
Por último, comencemos a conversar con él, pues la base de toda relación está basada en la comunicación, puedes hacerle preguntas acerca de lo que le gusta, o lo que no, para comenzar a conocerle, pídele consejo en relación a las nuevas decisiones que quieras tomar, aprende a escucharle, y a dejarte guiar.
En principio puede sonar un poco loco, lo sé. Cuando comienzas a hacerlo puedes notar que intentan aparecer ideas incongruentes que puedes observar y dejar pasar.
Te platicaré algunas cosas que en mi relación con Pleno he aprendido, pues me pidió darle más valor a mi trabajo, que dejara de limitarme y escuchar a quienes quieren las cosas gratis o baratas, pues así no se obtienen los resultados deseados, y fácilmente me culparan de su falta de compromiso. Me dijo que celebrara mis éxitos, pues solo yo sabía cuánto me habían costado, y que al hacerlo ya no estaría esperando que alguien más lo valorara. Me dijo que cuidara más de mí, de mi cuerpo, de mi mente, de mis emociones, que tuviera una gran atención a mis sensaciones de agrado y desagrado, pues en ellas iba a encontrar esa guía de lo que debía o no permitir.
Me dijo que invirtiera en mi bienestar, así que cada semana acudo con mis terapeutas también, ya no busco lo más barato, si no lo que en verdad me gusta.
Pleno me invita a estar cerca de las personas que son positivas y prosperas, que buscan como si hacer las cosas. Día con día, sigo preguntando y generando nuevas conversaciones, vamos planeando y registrando avances, tenemos más claras las metas, y juntos vamos trabajando en generar los resultados que ahora sé que puedo y merezco tener en mi vida.
Ahora me gustaría que no solo me leyeras, sino que, lo apliques a tu vida, y me platiques, por supuesto.
