Desde que somos pequeños vamos aprendiendo que el amor que recibimos y el reconocimiento que obtenemos viene de las personas que más nos importan, con quienes vivimos y de quienes estudiamos día con día qué tanto merecemos ser amados.
Es una realidad, qué como seres humanos, nuestros primeros años de vida, somos dependientes de nuestros cuidadores al 100% y que, en nuestras experiencias de la infancia, es donde formamos una autopercepción de nosotros mismos, concluyendo la medida en que damos y recibimos amor en el futuro.
He conocido pacientes y amigos que vienen cargando con una inseguridad y la creencia de que no merecen ser amados, incluso yo misma me he encontrado en la búsqueda del reconocimiento, el amor y la aprobación de otras personas.
Tristemente he visto también, como algunas madres y padres no demuestran amor por sus hijos, y cómo ellos, a pesar de ser adultos siguen añorando ese cariño con todo su ser.
Y es que, ¿cómo creer que merezco ser amada, si mi propia madre o padre no lo hace?? ¿Cómo adquiero confianza en mi misma, si todo lo que hago no es lo esperado a los ojos de quienes más me importan?? ¿Cómo puedo confiar en mis habilidades, si he cometido tantos errores??
No hay una fórmula mágica para amarte, valorarte, reconocerte, etc. Pero sí hay varias cosas por las que puedes comenzar:
- CUIDA DE TU PERSONA: La manera en la que cuidas de ti, es la manera en la que otros lo harán. Además, la relación más importante y qué tendrás para toda la vida, es contigo mismo. ¿Qué tanto te importas? Es frecuente que escuche que no hay tiempo para uno, que si los hijos, las responsabilidades, los compromisos, etc. Lo más incongruente de nuestras filosofías de vida, es que queremos estar en primer lugar de importancia de alguien, pero no somos prioridad para nosotros mismos. ¿Te das cuenta? Entonces, de aquí en delante, cada vez que te descubras justificándote o poniéndote en segundo lugar, sé consciente de que la vida te pondrá en el lugar que tú eliges tener. Así qué, date tiempo para ti, para hacer el ejercicio que te has planteado, para comer bien, para reconocerte ese esfuerzo que tanto te costó, para arreglarte, para cuidar de ti.
- ESCUCHA A TU CUERPO: Nuestro cuerpo es tan maravilloso, que como a las personas y las cosas, hasta que no perdemos la salud lo valoramos. Hoy en día, es bien sabido que nuestro cuerpo además de sus funciones físicas tiene reacciones emocionales. Qué cada enfermedad, dolencia e incluso los accidentes tienen una connotación metafísica, es decir, un mensaje más allá de la experiencia física. Si nos enfermamos de la garganta, algo no expresamos y se quedó ahí atorado, si nos accidentamos de un tobillo, es momento de prestar atención a los pasos que estamos dando, pues probablemente hay que cambiar de dirección, si nos enfermamos del estómago, la forma en que estamos digiriendo lo que nos sucede no está siendo la mejor, y ahí es donde hay que prestar atención. Escucha y siente lo que tu cuerpo te dice, cuida de tu cuerpo, ya que gracias a el es que puedes experimentar tantas cosas tan maravillosas que la vida tiene para ti.
- PRACTICA EL AGRADECIMIENTO: Si te enfocas en lo que tienes y te haces el hábito de agradecerlo y enfocarte en ello, tu lista de cosas por agradecer crecerá, pues la gratitud, te conecta con la energía de la abundancia, y con ella, es que podrás acceder a aquellas cosas que quieres tener en tu vida.
- CREE EN TI: Si me preguntan, qué me ha llevado a lograr todo lo que he hecho, sin duda diría que creerlo, incluso aferrarme a aquello que considero mis sueños. Lo que quiero alcanzar, lo que me hace feliz, lo que me llena es algo que no está a discusión, voy tras ello si o sí. Puedo equivocarme, puedo fallar, puedo tardar, pero lo lograré tarde que temprano porque creo en mí, y actúo en consecuencia. Claro que he sentido dudas, miedo, confusión, inseguridad, etc. Pero luego recuerdo que la vida es tan corta, que quiero aprovechar cada instante, y como mi lista de cosas por lograr es muy larga, tengo que darme prisa. Aquí te pongo mi ejemplo, por que quiero que sepas que si yo, con 3 hijos, 3 trabajos y muchas responsabilidades puedo hacerme el espacio para trabajar en mis sueños, tú también. Podría ponerte ejemplos más drásticos, de personas que han logrado sus sueños a pesar de no contar con una parte de su cuerpo, o las condiciones para lograrlo, pero en realidad solo hace falta que te comprometas contigo y te des la oportunidad de creer en ti cada día, y claro, pongas manos a la obra.
- ESTABLECE FECHAS: La verdad es que, si no calendarizas tus objetivos, puede que se haga eterno el camino. Somos excelentes en postergar, en dejar para mañana lo que podemos hacer hoy. Y no es por nada, pero el anotarlo en la agenda como un pendiente es más que válido, para ayudarnos a llevar a cabo esos pequeños pasos que nos llevarán a alcanzar lo que te plantees. Si tiene una agenda, úsala, y si no, ¿qué esperas?
- DEJA DE LAMENTARTE POR LO QUE YA PASO: Suelta tu pasado, suelta a tus padres, tus errores, tus condiciones, etc. A veces no necesitamos un juez más duro que nosotros mismos. Puede que te equivocaras, que tus padres no te brindaran las mejores oportunidades, el amor o reconocimiento que deseabas o incluso necesitabas, busca por favor ayuda si crees que no puedes solo. A veces es válido levantar la mano y decir que no logras perdonarte, salir del mismo círculo de heridas y lamentos. Pero ten en cuenta, que, si sigues así, en esa sintonía llegará todo. Tu puedes elegir cada día a qué le prestas atención, que es lo que compartes, cuantas sonrisas vas a provocar, o a practicar. Se dice que la práctica hace al maestro, y si practicas el hablar de lo mismo, el sentir lo mismo, repetir lo mismo que no te ha llevado a sentirte mejor, pues no te extrañe que sigas así por mucho tiempo más. Decide practicar aquello que te hace sentir en paz, puedes comenzar por identificar aquellas cosas de tu día que te hacen sentir bien, que quisieras repetir. Piensa como sorprenderte a ti mismo y hacerte más amena y alegre tu vida. Suelta y deja de repetir lo malo que te ha pasado, y da vuelta a la página. Déjate sorprender.
- SE AMOR PARA LOS DEMÁS: Por último, si quieres tener amor y sentir que lo mereces, conviértete en amor. ¿cómo? Práctica lo. Dice un mandamiento; amaras al prójimo como a ti mismo. Créeme que no soy católica, pero este mandamiento tiene una base fundamental para la felicidad. Cuando tu amas a los demás, cuando amas y comprendes que esa mamá no te amó como tu necesitabas, por que no tiene amor para si misma, mucho menos para alguien más, cuando amas al compañero que te hace la vida más difícil, pues siempre está compitiendo contigo y reflejándote todos tus errores, para que aprendas a crecer y amarte a pesar de ello, cuando provocas la sonrisa de esa persona que pareciera no tenía por qué sonreír, cuando te conviertes en parte de la solución y no del problema, es que te conviertes en amor y atraes amor a tu vida. Dice Arjona que el amor es un verbo, no un sustantivo. Y si, el amor se practica, se decide amar o no. Es mucho más fácil amarte, sintonizando con la energía del amor, qué cuando vives constantemente con vacíos de este.
Tú te mereces ser amado. Y ser amado es una decisión e involucra un compromiso. Puede que hayas pasado una infancia difícil, que te hayas enfrentado al rechazo de alguien importante, que las condiciones en que has vivido no sean las más favorecedoras en cuanto a tu creencia del amor que crees merecer. Sin embargo, en ti está la decisión de trabajar en la relación y las condiciones que quieres de hoy en delante contigo mismo, pues debes ser consciente de que el exterior solo es un reflejo del amor que crees merecer. Y al trabajar en este sentido, es que lograras sintonizar con el amor y las condiciones que ahora tienes el poder de elegir.
Entonces, ¿qué te parece si comenzamos? Un día a la vez!
